Autorizar a los taxis londinenses a circular por los carriles bus, a pesar de que lo tengan prohibido los vehículos de turismo con conductor, no parece implicar una ayuda de Estado. Al encontrarse los taxis en una situación fáctica y jurídica distinta a la de los vehículos de turismo con conductor, no parece, en concreto, que dicha autorización les confiera una ventaja económica selectiva empleando fondos estatales