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Héctor Fainstein, José Sánchez-Alarcos Ballesteros
El trabajo en equipo es un modo de gestión y si se entiende como tal, con las ventajas y dificultades que tiene, puede convertirse en una herramienta sustantiva para la mejora continua de la calidad tanto en el nivel laboral, como en el individual o familiar. Y desde la perspectiva de la teoría de los recursos y capacidades, las organizaciones que consolidan esta evolución logrando estructuras, sistemas de gestión y culturas orientadas a los equipos de trabajo, se tornan más competitivas. Son dos los motivos que permiten aceptar esta incisiva afirmación.
Este trabajo pretende ofrecer, y a la vez fundamentar, la alternativa del trabajo en equipo como modo, que no moda, de desarrollo organizativo básico con el que dar respuesta al ambiente tan exigente e hipercompetitivo que envuelve al mundo de los negocios. Sí, porque situar el capital intelectual en la base de la ventaja competitiva es una de las aspiraciones más sensatas que pueden plantearse las organizaciones en este nuevo marco socio-económico global. Y ello precisa de una activa gestión estratégica de los recursos humanos disponibles (SHRM). Una correcta SHRM implica atender tres cuestiones específicas previas al diseño y ejecución del plan: armonización del poder, clarividencia con relación a la percepción del ambiente entendido éste en su acepción más amplia y, como no, disponibilidad de recursos
