La economía informal es parte de las realidades estructurales de casi todos los países en el mundo, siendo aquellos que están en condición de subdesarrollo, los más representativos del empuje de éste tipo de actividad económica. No obstante, a pesar ser una fuente de ingresos para un segmento representativo de la población económicamente activa, por sus características asociadas a la falta de estandarización y controles, puede prestarse para ser el nicho de la actividad criminal y potencialmente de asociaciones criminales a niveles de crimen organizado. En este artículo se analiza, a través de diversas evidencias empíricas, la relación que se tienen entre la economía informal y el avance de las asociaciones criminales –pandillas y otros grupos– en El Salvador, con la finalidad de proponer escenarios prospectivos de 10 años, comprendidos de 2015 a 2025, que hagan una prognosis de su evolución a partir de un crecimiento de sus ingresos económicos. Se concluye considerando el papel que juega la economía informal en esta incómoda relación.