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Tras once años de práctica con un elevado número de Órdenes Europeas de Detención y Entrega (OED) emitidas y ejecutadas, el instrumento de cooperación se ha revelado como eficaz y expeditivo, de extraordinaria utilidad. Pero su utilización masiva puede dar lugar a situaciones de desbalance.
El principio de proporcionalidad aparece como uno de los aspectos más problemáticos en relación con la OED, puesto que afecta al núcleo de su regulación y a otros principios como el de legalidad y doble incriminación.
Intentamos ofrecer una visión muy sintética y de conjunto de la situación actual, proponiendo algunas vías de mejora que se revelan como necesarias para salir del actual impasse.
La tensión entre legalidad y proporcionalidad, entre legalidad y confianza, la entidad de la ofensa que da lugar a la emisión de la OED, la falta de homología de los tipos penales en los diferentes países de la Unión Europea; todo ello confluye de forma caleidoscópica en una situación que sin duda una vez que sea resuelta nos llevará a un trascendental avance para la cooperación internacional en materia penal y una profundización en la comprensión de la esencia de la propia Unión.
