Primera potencia económica del continente africano, Sudáfrica es un gigante con pies de barro. En agosto de 2014, la quiebra del banco ABIL ha puesto de manifiesto la hipertrofia del sector de los créditos al consumo. En su desenfrenada carrera hacia un confort por encima de sus ingresos, la nueva clase media surgida tras el fin del Apartheid arrastra en una peligrosa espiral especulativa a una sociedad corroída por las desigualdades.