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En estos últimos 20 años, la entrada de inversión extranjera directa ha aumentado tanto en los países desarrollados como en los países emergentes, y continuará creciendo. Pero invertir en el extranjero es más complejo de lo que podría parecer. Las decisiones sobre dónde (qué país o región) y cómo invertir (qué disposiciones organizativas o estructura directiva) están influenciadas por muchos factores. Las características del entorno, por ejemplo, ejercen un enorme poder respecto a la toma de decisiones de esas empresas que buscan crecimiento. Por ello, el artículo ofrece algunas pautas para superar los obstáculos y los riesgos a los que se enfrentan las empresas multinacionales cuando tienen que decidir entre invertir o no en el extranjero
