En España se ha pasado en pocas décadas de sufrir enfermedades infecciosas a sufrir, en la mayoría de los casos, enfermedades crónicas y degenerativas tardías también conocidas como enfermedades no transmisibles, las derivadas de nuestros hábitos y estilo de vida. Las enfermedades cardiovasculares constituyen un freno al verdadero motor de la esperanza de vida. Y aunque el individuo tiene en su mano más instrumentos de los que emplea para mejorar su salud, las decisiones que se toman cada día influyen en ella. Aún queda camino para avanzar hacia una mayor longevidad y con una mayor calidad de vida en los últimos años de nuestra existencia.