Las políticas de austeridad resultan ser perjudiciales socialmente e ineptas económicamente; también son contrarias a los propios valores de las sociedades democráticas. Varias instituciones internacionales acaban de recordarlo. Las primeras en hacerlo han sido las del Consejo de Europa, el cual desde 1949, vela por el respeto de los derechos fundamentales en el viejo continente.