Las elecciones de mitad de mandato del 4 de noviembre de 2014 se jugarán como suele ocurrir en Estados Unidos, en un puñado de distritos en los que los dos grandes partidos están codo con codo. Con el propósito de tener toda la suerte de su parte, los republicanos intentan alejar a los �malos� electores de las urnas. Para ello se valen de múltiples artimañas, en ocasiones, al límite de la legalidad.