El Senado francés ha sustituido, en el pasado mes de julio, la �medida estrella� del proyecto de ley �reforzando la lucha contra el sistema de la prostitución�: la penalización de los clientes. Pero pase lo que pase con esta disposición, los debates suscitados habrán revelado el éxito de una nueva forma de considerar la prostitución: como un desafío de luchas sindicales y de �libertad� más que como una cuestión feminista.