El 14 de agosto de 2013, en El Cairo, tras la destitución del presidente Mohamed Morsi, fueron asesinados no menos de ochocientos partidarios de los Hermanos Musulmanes, �una de las mayores masacres de manifestantes de la historia�. En el Sinaí, la población paga el precio de la guerra que libran las milicias yihadistas y el ejército egipcio.