Iñigo Guevara
Pese a la diversidad y complejidad de sus miembros, la región Asean se ha convertido en uno de los centros de la cadena de suministro global. El impulso a las clases medias, la apertura al exterior y el desarrollo de capital humano y nuevas tecnologías son los principales activos.
El 8 de agosto de 1967 los jefes de Estado de Indonesia, Malasia, Filipinas, Singapur y Tailandia firmaron en Bangkok la Declaración de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (Asean, en inglés). Se iniciaba así un largo camino de integración regional apoyado en vínculos geográficos, históricos y culturales, así como en el reconocimiento de desafíos y problemas comunes.
Los primeros años no estuvieron faltos de escepticismo. Eran muchas las dudas sobre su duración, estabilidad y capacidad para cumplir los objetivos: acelerar el crecimiento económico, el progreso social y el desarrollo cultural en la región; promover la colaboración y la asistencia mutua en asuntos de interés común y mantener una colaboración estrecha y beneficiosa con otras organizaciones internacionales y regionales. Pero a pesar de los retos a los que Asean se ha enfrentado a lo largo de estos 47 años, no solo permanece como una institución sólida, sino que vive un momento clave en su historia.
Asean se ha desarrollado más allá de sus socios fundadores, y en la actualidad está integrada por 10 países (Indonesia, Malasia, Tailandia, Singapur, Filipinas, Vietnam, Myanmar, Camboya, Laos y Brunéi). Conforma un mercado de más de 600 millones de personas, y representa aproximadamente el nueve por cien de la población mundial. La región cuenta con un atractivo dinamismo demográfico, con una de las poblaciones más jóvenes del mundo: el 65 por cien son menores de 35 años y solo el seis por cien son mayores de 65 años.
Con una extensión de 4,4 millones de kilómetros cuadrados, Asean está en el corazón geográfico del corredor de crecimiento más importante del mundo: la región de Asia-Pacífico, desde Extremo Oriente y China, con la que tres países de Asean (Myanmar, Laos y Vietnam) comparten su frontera Norte; India, que contribuye en gran medida al comercio de Asean en el Oeste; y Australia, que conecta con el sur de la región.
Sociedad multicultural Asean compone una región compleja, definida por su diversidad, donde hay países como Singapur o Brunéi, con poblaciones pequeñas de alto desarrollo tecnológico y social, y con rentas per cápita que se sitúan entre las más altas del mundo; y otros, como Indonesia o Vietnam, con grandes poblaciones, bajos niveles de urbanización (21 por cien en el caso de Vietnam) y rentas per cápita inferiores a los 3.000 dólares.
No solo hay una enorme diversidad geoeconómica, sino también cultural y religiosa. La región se ha conformado como un crisol de influencias chinas, indias, portuguesas, holandesas, españolas e indígenas, dando lugar a uno de los territorios de mayor multiculturalidad del mundo, donde se practican tanto las religiones musulmana y budista como el cristanismo y el hinduismo junto a otras minoritarias.
La diferencia entre las características naturales de cada país, sus poblaciones, su complejidad étnica, cultural y religiosa, la variedad de estructuras económicas, y grados de desarrollo conforman un mercado heterogéneo de enormes oportunidades y una de las regiones de mayor competitividad del mundo. El actual dinamismo económico está apoyado tanto en la irrupción de nuevas clases medias, como en la apuesta por la apertura exterior, la atracción de inversiones internacionales y el desarrollo de capital humano y nuevas tecnologías. Desde la perspectiva macroeconómica, Asean se caracteriza por atractivos diferenciales de crecimiento frente a otras regiones tanto emergentes como desarrolladas�