Bilbao, España
El estallido de la crisis financiera en 2007 y posteriores recesiones en la zona euro han evidenciado las debilidades del constructo europeo. Las políticas de ajuste llevadas a cabo en la Unión Monetaria, expresión de un creciente intergubernamentalismo asimétrico y de la falta de ambiciones federales, han contribuido a agravar tanto la crisis económica como la de las finanzas públicas. Lo cual ha surtido un efecto negativo en el balance de los bancos y ha desestabilizado la zona euro. Producto de ello, es el proyecto de una Unión Bancaria Europea, que sí bien representa un paso importante y necesario en el proceso de integración, padece unas restricciones que derivan de las exigencias alemanas y que limitan su alcance real.