Son los signos de los tiempos. La crisis económica que asola nuestro país ha incidido de forma diversa en la abogacía de los negocios. Frente a las fusiones de firmas; reorganización de estrategias y procesos de internacionalización buscando que la demanda externa equilibre los balances de los bufetes de abogados, ha aparecido otro fenómeno, ahora bastante habitual dentro del sector legal. Es el momento del emprendedor jurídico; esos profesionales que deciden dejar el paraguas de esa estructura grande que ha protegido su actividad en los últimos años y deciden crear su negocio. Es la hora de las boutiques legales. El momento de los especialistas que conocen tan bien ese sector, del que están especializados, como las propias necesidades de unos clientes, que, en muchas ocasiones siguen sus pasos en esa huida hacia adelante.