Luis Ortiz Sandoval
La expansión del acceso a la educación y el aumento de la duración media de la escolaridad se impusieron, en las dos décadas que sucedieron al régimen autoritario, como objetivos que otorgarían a la institución educativa y a sus títulos una influencia decisiva sobre los destinos sociales. Esta cuestión revistió importancia para el sistema educativo ante el desafío de su legitimidad en una sociedad marcada por la desigualdad social. El ideal igualitario interpeló la educación en la construcción de las brechas sociales o en su reproducción. La selección social del sistema educativo se mantiene a pesar de la expansión del acceso y de la extensión media de la escolarización, ya que si bien cayeron las trabas para el acceso, continúan las trabas para la retención. Pero sobre todo, la selección social está asociada a las oportunidades en el mundo laboral, cuyos puestos escasos –dado el rezago de la economía paraguaya– imponen las distinciones entre títulos valorizados y desvalorizados, por lo tanto, la persistencia de la desigualdad social a través de la desigualdad educativa.