A las tradicionales tareas del documentalista gráfico, relacionadas con la selección, análisis y difusión de los contenidos, se suma ahora una específica de gran interés para los centros: la recuperación de los fondos para su uso y aplicación, un aspecto que necesita de formación técnica especializada y de criterios diseñados previamente en función de las necesidades de las empresas e instituciones públicas y privadas en lo que se refiere al contenido. Se analiza en este artículo la nueva competencia de los documentalistas gráficos para la recuperación de fondos fotográficos analógicos dentro del conjunto de trabajos que caracterizan esta profesión.