Los orígenes del Trabajo Social tradicionalmente se han vinculado, fuera de nuestras fronteras, con el pensamiento protestante.
La diversidad de corrientes cristianas en particular y de confesiones religiosas en general constituye una seña de identidad específicamente americana. La religión no es sólo una concepción de la vida que determina pautas de comportamiento, también es una forma de pensar, cuyo procedimiento puede o no puede permitir la innovación y la creatividad, además de la explicación. La influencia del pensamiento judío en el devenir del Trabajo Social invita a abordar esta cuestión diletante: ¿por qué el Trabajo Social pre-profesional se desarrolló de ese modo?