La familia es catalogada como una institución de carácter primario que coadyuva con el bienestar social, proveyendo a los individuos de educación, protección, afectividad, etcétera. Los individuos que conforman la misma son seres biopsicosociales que trascienden al ámbito jurídico no como un ser unívoco, sino como un ser multifacético al que hemos etiquetado de padre en materia civil, de trabajador en materia laboral o de asegurado en materia de seguridad social. Así pues, el individuo desarrolla diversos roles y está subordinado a normas antinómicas que desvinculan su rol familiar del laboral, haciendo patente una clara ausencia de sistematización en el orden jurídico mexicano. El presente trabajo tiene por objeto puntualizar aquellas inconsistencias que se desprenden de las normas familiares contenidas en los ordenamientos de derecho civil y del derecho de la seguridad social y señalar algunas de las repercusiones que de este hecho derivan.