Se esboza en la primera parte del presente artículo el legado político de las fuerzas armadas: intromisión en el sistema político, golpes y dictaduras militares, pero también el hecho de que exmilitares son generalmente exitosos en elecciones democráticas. En un segundo momento se analiza tanto la ideología como las características de los “ejércitos políticos” en las décadas pasadas: el monopolio sobre el “patriotismo nacional”, traducido en doctrinas de seguridad nacional y el dominio sobre la inteligencia nacional y las fuerzas de la policía, la ejecución de programas cívico-militares de desarrollo local en zonas remotas y la inmunidad de facto con cierta base legal. Luego se presenta una tipología durante la transición hacia la democracia: tutelaje militar, control manso e impunidad. El análisis sigue con el desarrollo de otra tipología de militares y soldados en el poder bajo el régimen democrático electoral: caudillos militares transformados en demócratas y exguerrilleros como presidentes elegidos. Es seguido por dos formas recientes de sucesión presidencial por mecanismos no electorales: la expulsión de presidentes por revueltas populares y algunos (intentos de) golpes. Luego se presenta un análisis de nuevas agendas de seguridad y nuevas misiones militares durante la primera década del presente siglo. Se enfatiza explícitamente la actuación militar en el contexto de la lucha (“guerra”) contra el crimen organizado, la guerra contra la droga y los efectos sobre la seguridad interna.