Preguntarse acerca de la posibilidad de una ciencia de los derechos humanos no constituye una cuestión superficial. Por el contrario, significa la posibilidad de abordar un estudio metódico, sistematizado, un seguimiento a través de su historia, instituciones, garantías, medios de protección. Una jerarquización de los mismos, posibilidades de implementación en el mundo. La creación de un ethos y una cultura de los derechos humanos. No es una misión fácil, choca con multitud de dificultades ya que su definición es difícil, su objeto es incierto e inseguro y sobre él convergen múltiples disciplinas, su metodología no es única, sino múltiple. No obstante, merece la pena intentarlo, sobre todo para lograr su mejor difusión y para conseguir su afianzamiento precisamente en un momento como el actual en el que múltiple peligros estructurales, políticos, económicos e ideológicos amenazan con destruir las conquistas conseguidas lentamente a lo largo de décadas.