El hombre en estado de naturaleza (nos explica Hobbes) se encuentra con respecto al otro en completa igualdad. Es en el temor, que se constituye la sociedad como tal. En este contexto, la cultura profesional tiene como objetivo -doble- por un lado captar todos los temores de los ciudadanos y reconvertirlos en certezas. Todas las profesiones sin excepción se hacen del temor ajeno y basan su pericia en la ayuda al prójimo. No obstante, toda esa sapiencia y conocimiento genera un efecto inverso en el profesional cuando el afligido o el afectado es un propio “ser querido”. En estos momentos, se da lo que nos hemos esmerado en llamar “la paradoja profesional”, fenómeno por el cual el profesional se ve sumergido en un doble conflicto que le genera angustia, ansiedad y terror.
As T. Hobbes argued, men find in nature a same state of conditions and abilities. For that reason, it is not surprising that society is formed because the articulation of fears. Under such a context, the professional culture had aimed at canalizing all these fears and converts them in certainness for all citizens. Every profession (without exemption) is constructed by whatever the others fright and are based on the knowledge in favor of patients. Nevertheless, all these body of knowledge and information turned self-defeating against practitioners whenever a familiar loved one is involved in an unfortunate event. In those instances, the so-called professional paradox emerges with a combination of anxiety, fears, and horror over the professional at hand. A double dimension of conflict that sometimes may not be successfully overcame.