El uso que de la expresión monarquía parlamentaria hace la Constitución de 2011, no es plenamente conciliable con otros pronunciamientos constitucionales. La autonomía que adquiere el Jefe de Gobierno junto a la desaparición de todo margen de discrecionalidad del monarca en su nombramiento no es suficiente para constatar la instauración de una monarquía parlamentaria. Esa pretendida «conversión» de la monarquía al modelo parlamentario no puede sostenerse �a pesar de la imposición en elnombramiento de Jefe de Gobierno de un representante del partido mayoritario en la cámara baja (art. 47 CM), y a pesar de que existe la posibilidad de una moción de censura en la cámara baja que destituya al Gobierno (art. 105 CM)�, si se repara en que se reconocen al Rey otros poderes exentos de refrendo en el terreno de las decisiones políticas, junto a un papel preeminente en la dirección del Consejo de Ministros, alejándolo de este modo de la magistratura sin potestas que entraña la figura de un monarca parlamentario. Indudablemente la adjetivación que recibe la monarquía en la nueva Constitución ha de ser interpretada en el contexto en el que se inserta y, en tal sentido, la fórmula empleada solo cabe referirla a la parlamentarización del gobierno, que no es ya un gobierno del monarca, sino el que emana de la voluntad del Parlamento.
The use of the term parliamentary monarchy in Moroccan Constitution of 2011 not fully reconcile with other constitutional provisions. Autonomy obtained by the Chief of Government with the loss of any monarch�s discretion in its appointment is not enough to confirm the achievement of a parliamentary monarchy. That alleged «conversion» of the monarchy to parliamentary model cannot be argued despite the imposition in the appointment of the Chief of Government of a representative of the majority party in the lower house (art. 47 CM), and although there is a possibility of a motion of non-confidence in the House of representatives to dismiss the government (art. 105 CM) � if we realize that other powers exempted from countersign has been accorded to the King in the field of political decisions as well as a preeminent role in the direction Council of Ministers, far apart from the magistracy without potestas that the figure of a parliamentary monarch implies. Undoubtedly, the adjectives used for monarchy in the new Constitution must be interpreted in the context in which it is inserted and, as such, the formula used only fits only a parliamentary government, which is no longer a government of the monarch, but that which emanates from the will of Parliament.