Durante la década de los años noventa del siglo pasado, la teología de la liberación cultivó terrenos otrora poco explorados. En ese sentido, dicha corriente enriqueció sus planteamientos abriéndose a las cuestiones de género, de raza y, por supuesto, a las de la naturaleza. El “pobre” dejó de ser una categoría asexuada y abstracta. Si bien la teología de la liberación fue criticada por haber abandonado su interés central, es decir, a los pobres, por nuestra parte, pensamos que dichas criticas no son convincentes. Al respecto, abordaremos brevemente la “transformación de paradigma” de uno de los principales representantes de esta corriente teológica: Leonardo Boff.