El florecimiento de la Economía Social en Europa es una iniciativa de la sociedad civil como respuesta espontánea al demostrado fracaso de las obsoletas fórmulas capitalistas y neoliberales hasta ahora imperantes. Los poderes públicos a nivel nacional y regional europeo, puesto que por mandato constitucional son garantes de la integración social, no solo se están haciendo eco de su proliferación sino que, además, contribuyen al fomento y promoción de esta distinta formulación de las relaciones productivas y, por consiguiente también laborales, en donde la propia productividad y la competición económica quedan supeditadas al bienestar de la persona. En este contexto, nuestro estudio aborda la incidencia que podría tener la participación de las entidades y organizaciones de Economía Social como actores válidos en la elaboración de la Estrategia Europea de Empleo, en tanto que es concebida como una de las herramientas clave para alcanzar altos niveles de empleo, redistribución de riqueza, cohesión y Justicia social. Unas finalidades éstas perfectamente coincidentes con los valores y principios definidores de aquellas entidades agrupadas bajo las siglas de la ES.