El ensayo analiza los escritos de Weber, elaborados como jurista del trabajo. El autor llega a la conclusión de que es erróneo el paradigma, que se remonta a Habermas, según el cual Weber sostiene el valiente esfuerzo de Lotmar en reinterpretar el derecho contractual y de las obligaciones a la luz de los valores de la persona. Esto está relacionado con el hecho de que Weber fue un sociólogo, no tanto de los fenómenos sociales, sino principalmente de la acción social. Sus estudios investigaban el comportamiento humano, y Weber examinó cada posible �impulso�, religioso, social o económico, pero siempre, coherentemente, jurídico.