María Isabel García Espejo, Marta Ibáñez Pascual
En un mundo con una fuerte innovación tecnológica y en el que la esperanza de vida y el tiempo de trabajo se alargan, la formación permanente deviene una necesidad productiva y social. A partir de la Encuesta sobre la Participación de la Población Adulta en las Actividades de Aprendizaje �EADA 2007� del Instituto Nacional de Estadística, en el presente artículo se utiliza una tipología de formación elaborada al efecto y poco empleada en nuestro entorno, que va más allá de las actividades de formación de las empresas al integrar las estrategias formativas de los trabajadores. Por medio de esta tipología y haciendo uso de una metodología basada en regresiones logísticas de eventos repetidos se han analizado los perfiles sociodemográficos de los trabajadores y los entornos organizativos que se asocian a cada tipo de formación. Los resultados muestran diferencias significativas en las variables estudiadas e indican que la formación laboral no reduce las desigualdades de partida de los trabajadores sino que tiende a mantenerlas e incluso a intensificarlas.