La concepción fundamental del tiempo en la Física es aquella construida por Galileo, al observar el aparente isocronismo de un péndulo, instrumento empleado como generador de intervalos temporales para investigar los fenómenos naturales que ocurrían en la órbita de los satélites de Júpiter. En aquel momento prevalecía una concepción divina del tiempo, en la que los objetos celestes, infalibles y sin las imperfecciones del mundo cotidiano, regían la evolución temporal de todos los fenómenos: con Galileo medimos el tiempo y a partir de él comenzamos a medir el mundo. Con Newton se produce un retorno a la concepción divina del tiempo: toda evolución es un espacio y tiempo absolutos entendidos en última instancia como sensación divina. El tiempo absoluto permea todo lo que ocurre en nuestro universo. No importa donde se encuentre el reloj ya que éste es capaz de medir los intervalos de tiempo de forma uniforme. El espacio tridimensional es euclidiano, y el tiempo totalmente independiente. Para Elias, a las tres dimensiones físicas, se le añaden otras dos construidas con base en las relaciones interdependientes entre los seres humanos: tiempo y símbolo. El tiempo es una dimensión relevante en el pensamiento de Elias, tiempo como experiencia de duración, con referencia mensurable y perspectiva de cambio que se bifurca en tiempo físico y tiempo social. El perfeccionamiento de los relojes desempeña un papel fundamental en nuestro conocimiento del mundo: en tanto instrumentos de medición, ellos mismos son productores de una dimensión del tiempo. Sin embargo no se construyeron con ese único propósito pues su precisión esta también íntimamente relacionada con las grandes navegaciones. La exactitud en la medición del tiempo ofrece mayor precisión a la hora de determinar la posición de un barco en el globo terráqueo. Con Einstein la sincronía absoluta de los relojes pierde significado: éstos medirán a partir de ahora intervalos de tiempo diferentes de acuerdo con su localización y su movimiento en el espacio. El tiempo se ha �especializado� y disponemos de un espacio como tiempo encargado de la localización de cualquier evento en nuestro universo. El propósito de este artículo es explorar las posibilidades de diálogo pertinentes en las concepciones del tiempo que maneja una ciencia natural, la Física, y las que derivan de un abordaje sociológico figuracional