Al incorporarse a la política española, Twitter prometía revitalizar la relación gobernantes-gobernados y dinamizar el debate político en el marco de la política 2.0, unas expectativas que, según demuestra este trabajo, no se materializaron en el caso de la campaña de las elecciones autonómicas vascas de 2012. En concreto, el artículo analiza la actividad en las cuentas de los principales candidatos en estos comicios ?@iurkullu, @lauramintegui, @patxilopez y @basagoiti? identificando el tipo de mensajes, su origen, su intencionalidad y los grados de interacción e hipertextualidad que presentan. Las conclusiones evidencian que en esta campaña Twitter no fue, en los casos analizados, un instrumento de política 2.0: la actividad es baja; el diálogo gobernantes gobernados no existe, por ser las conversaciones puntuales, de escasa profundidad y mala calidad, y no se desarrolla el potencial hipertextual de la herramienta, ya que lo más frecuente es que los tuits no incluyan enlace alguno. El trabajo no ha encontrado creación de opinión, ni discusión ni divulgación de material diferente a la campaña tradicional, y sí en cambio un apoyo a esta cercano al broadcasting de los medios tradicionales. Las diferencias encontradas entre los cuatro candidatos analizados no se explican por parámetros ideológicos o territoriales sino que responden a las diferentes tácticas de campaña tradicional, sin una estrategia diferenciada en política 2.0.
On arriving in Spanish politics, Twitter promised to warm up the rulers-ruled relationship and stimulate the political debate in the context of Politics 2.0, expectations that ?according to the conclusions of this paper? did not come true in the 2012 campaing for the regional Basque elections. Specifically this article analyzes the activity developed in Twitter by the main candidates for this election ?@iurkullu, @lauramintegui, @patxilopez y @basagoiti? identifying the kind of message, its origin, its goals and the degree of interaction and hypertextuality. The results of such analysis prove that in this campaign Twitter was not a tool for Politics 2.0: Activity turned out to be low; there was not dialogue between rulers and ruled since the conversations were scarce, sparse and irrelevant; and the hypertextual advantages of the tool were not taken as tweets habitually did not include links. Neither was used for opinion creation, nor for debating, nor for spreading original political materials, and was instead used to support the traditional campaign close to the broadcasting style of the traditional media. The differences among the four candidates could not be explained by ideological or territorial parameters, they correspond to diverse traditional campaign tactics, without an individual Politics 2.0 strategy.