Jean-Arnault Dérens, Laurent Geslin
Tras la secesión de Crimea, el nuevo poder ucraniano debe afrontar una situación económica, demográfica y social desastrosa. El sistema oligárquico construido desde hace veinte años alimenta la pobreza, el rencor y el miedo. Y nada indica que vaya a ser realmente puesto en tela de juicio.