Las herramientas que nos facilitan las nuevas tecnologias de la información y la comunicación se han convertido tanto en aliadas como en enemigas de las marcas, gracias a que permiten un lanzamiento o difusión de la información de manera instantánea. Las empresas deben ser conscientes de donde ubican sus mensajes para poder gestionar su reputación a partir de sus planificaciones. El consumidor cada vez es más crítico y esta más informado, produciendo una necesaria revisión de la imagen que queremos proyectar de nuestras marcas en cualquier momento del proceso.