La deportación de penados a las colonias fue desarrollada por primera vez como una especie de pena secundaria por Portugal en el siglo XV. Inglaterra comenzó asimismo una política de envío de convictos a sus colonias para realizar trabajos agrícolas o de construcción desde el año 1597; y, al final del Antiguo Régimen, Francia y otros países europeos se sumaron a este proyecto de colonización en la búsqueda de nuevas penas. Este trabajo trata de indagar en los proyectos y realizaciones españolas hacia dicha colonización exterior penitenciaria.