El ADN se ha convertido en un instrumento esencial de las técnicas que las modernas ciencias forenses utilizan para la investigación de delitos y la identificación de personas. Tanto en nuestro país como a nivel internacional, se ha tomado conciencia de la trascendencia de los marcadores genéticos en las investigaciones criminales, en la identificación de desaparecidos y cadáveres o en la determinación de las relaciones de parentesco, en gran parte de las ocasiones en el marco de procedimientos judiciales. En nuestros días ha quedado de manifiesto la importancia cada vez mayor de las utilidades del ADN en el ámbito forense, hasta el punto de convertirse en una herramienta imprescindible en diversos campos como la investigación del delito y la persecución del culpable.