El proyecto emancipatorio de las mujeres sigue siendo necesario para contribuir a la formulación de un nuevo modelo cultural y político. El trabajo pretende delimitar el alcance y confines de tal proyecto en el contexto de las transformaciones sociales contemporáneas. Se defiende, en primer lugar, que debe ser un proyecto multilateral cuyo discurso práctico, concebido no como una idealización abstracta sino como experiencia histórica, aproveche las oportunidades y posibilidades que brinden los distintos niveles de participación política. En segundo lugar, debe ser un proyecto propio, construido desde la resignificación de los legados culturales dominantes, pero alejado de un modelo identitario cerrado y autónomo que impida atender a los modos específicos en que las relaciones de género se construyen y reproducen en contextos diferentes. Y, por último, su carácter multilateral no debería implicar un pluralismo desjerarquizado, en el que las distintas sedes de participación se desarrollen autónomamente conforme a lógicas diversas, sino que debería aprovechar cada instancia de participación para reforzar y complementar los déficits funcionales y de legitimación de las otras instancias conforme a un modelo normativo común
The emancipatory project of women is still required to contribute to the formulation of a new cultural and political model. This paper aims to define the scope and boundaries of that project in the context of contemporary social transformations. It is defended, firstly, that it should be a multilateral project, which practical discourse, conceived not as an abstract idealization but as historical experience, takes advantage of the opportunities and possibilities that provide different levels of participation. Secondly, it should be an independent project, constructed from the resignification of dominant cultural legacies. But a project away from closed and autonomous identitarian models which prevent address the specific ways in which gender relations are constructed and reproduced in different contexts. And, finally, its multilateral character should not imply a non-hierarchical pluralism, in which different spheres of participation are developed independently according to different logics. It should take advantage of each domain of participation to strengthen and complement the functional deficits and legitimacy of other spheres under a common normative model.