Glòria Ribas Miquel, M. Beltrán Vilella, Esther Boix Roqueta, Montserrat Ferré Munte, Glòria Reig Garcia, Josep Mª Gifre Hipòlit, Arantza del Valle Gómez, Alba Pérez González
Estudio descriptivo transversal que evalúa, mediante encuestas autoadministrada, los datos procedentes de tres mues- tras independientes: profesionales, familiares de usuarios que utilizan el dispositivo de localización y familiares de usuarios que no lo utilizan. Métodos: encuesta especifica para 30 profesionales. Para 7 familiares de usuarios que utilizan el dispositivo: encuesta Quebec (QUEST 2.0), escala Zarit y el índice de esfuerzo del cuidador. Para 7 fa- miliares que no utilizan el dispositivo: la escala Zarit y el Índice de esfuerzo del cuidador. Resultados: el 20 % de los profesionales admite conocer algún dispositivo gps, tan solo un 13,3 % saben especificar el tipo de gps. Los beneficios mejor puntuados en la escala Liker 0 a 5 son tranquilidad de la familia (4,60), seguido de la necesidad de información (4,46), y el ítem menos valorado la tranquilidad del usuario (3,79). Los pacientes que llevan localizador, los hombres representan un 85,71 % y en los que no llevan localizador representan un 71,43 %. El grado de sobrecarga que tienen los cuidadores obtiene una media de 77,86 % para los que no utilizan el localizador, frente a un 66,58 % para los que sí utilizan el localizador. Los cuidadores que utilizan el dispositivo obtienen un 57,1 % de sobrecarga intensa, un 14,3% sobrecarga leve. Los cuidadores que no utilizan el localizador obtienen un 100 % de sobrecarga intensa. En los resul- tados del test de índice de esfuerzo, el 92,9 % de los cuidadores tienen puntuaciones elevadas de esfuerzo, frente al 7,1 % que no presentan esfuerzo. De los cuidadores, el 84,6 % son mujeres. Conclusiones: los profesionales no conocen el dispositivo y la sobrecarga en los cuidadores disminuye con el uso del localizador. Debería plantearse un debate ético entre los diferentes colectivos de profesionales y familiares sobre su uso.
Descriptive cross-sectional study which uses self-administered surveys to evaluate the data from three independent samples: professionals, relatives of users of the tracking device and relatives of users who do no use it. Methods: specif- ic survey for 30 professionals. For 7 relatives of users who make use of the device: Quebec survey (QUEST 2.0), Zarit scale and caregiver strain index. For 7 relatives of users who do not make use of the device: Zarit Scale and caregiver strain index. Results: 20% of the professionals are aware of the existence of some kind of gps device, only 13.3% can specify the sort of gps. The benefits with the highest score in the Liker scale from 0 to 5 are the tranquillity of the fam- ily (4.60), followed by the need of information (4.46), and the item with the lowest score is the tranquillity of the user (3.79). Among those patients carrying a tracking device, 85.71% are men, whereas this percentage turns to a 71,43% among those who do not carry a tracking device. The burden degree of caregivers is an average of 77.86% in those who do not use a tracking device, whereas it goes down to 66.58% in those who do. Caregivers using the tracking device get a 57.1% of greater burden, and a 14.3% of minimum burden. Caregivers who do not use the tracking device get a 100% of greater burden. In the strain index test the results show that a 92.9% of caregivers reach high levels of burden, whereas for 7.1% there was no strain at all. 84.6% of caregivers are women. Conclusions: professionals do not know the tracking device, and the burden of caregivers decreases when they use it. The use of the tracking device should be discussed in an ethical debate by professionals of all areas and relatives of patients.