A partir de los conceptos de igualdad y diferencia, se discuten las formas de profesionalización de cuatro mujeres artistas españolas. Solo en el caso de Maruja Mallo se observa una trayectoria equiparable a la de los hombres artistas, tanto en lo que se refiere a la formación académica en las escuelas de bellas artes, como al reconocimiento por parte de la crítica especializada, a la autonomía económica que le confiere su actividad como pintora y a la separación de su vida personal y amorosa respecto de su trabajo profesional. En los otros tres casos, los de la pintora Amalia Avia y las escritoras Carmen Martín Gaite y Carmen Laforet, hay una tensión entre la vida artística y la vida personal, en especial en lo que se refiere a la relación con los hombres, que se resuelve en supeditación, evasión o conflicto.