El objetivo de este artículo es introducir la dimensión territorial en el análisis de la política social. De esta forma se observa un proceso de diferenciación del espacio europeo, en el cual una serie de regiones periféricas experimentan un proceso de extensión de categorías sociales vulnerables, que debilitan la ciudadanía social. La lógica social característica de estas regiones ha sido caracterizada como "regiones vulnerables", lo cual legitima un punto de vista territorial como el que aquí se propone. Nuestro punto de partida es un marco teórico que contempla los efectos de la reestructuración del trabajo sobre los derechos de la ciudadanía social, al tiempo que constata las líneas de incorporación de lo político en la esfera productiva