El tránsito de las representaciones "modernas" de la sociedad a las llamadas "posmodernas " puede ser descrito como efecto ambivalente de una creciente diferenciación social. Más allá del carácter obsoleto de ciertos paradigmas sociológicos tradicionales, por una parte, dicha diferenciación introduce el debate sobre la posible representación de la sociedad, sin embargo, por otra, excluye la fundamental dimensión "relacional". Buena muestra de este proceso es el funcionalismo "sistémico" luhmanniano. En este paradigma lo social no es más que "comunicación". Sin embargo, siguen existiendo espacios que pueden permitir recuperar el carácter concreto de las relaciones sociales y, especialmente, salvaguardar su sentido "humano".