Rossetos Fakiolas, Laura Maratou-Alipranti
Intensos factores de atracción y de expulsión además de la formación de redes migratorias explican la presencia de más de 600.000 inmigrantes extranjeros en Grecia. La mayoría son inmigrantes económicos y de estatus irregular, quienes han vivido en Grecia desde principios de los noventa, en un país tradicionalmente expulsor de emigrantes. Más de una cuarta parte de éstos son mujeres que han llegado de forma autónoma, mostrando las nuevas tendencias en las migraciones femeninas. Como ocurre con los varones, encuentran ocupaciones caracterizadas por una gran flexibilidad laboral. La reciente política de regularización de inmigrantes extranjeros destinada a ofrecer permisos de trabajo y de residencia a aquéllos que están en situación irregular abrirá nuevas cuestiones políticas, morales y sociales, permitirá que los hogares y las grandes empresas empleen a mujeres en una gran variedad de trabajos, y desde el punto de vista de la investigación social facilitará el avance sobre el estudio del empleo de las mujeres inmigrantes, su situación social y familiar, así como el fenómeno de la prostitución de niños y adultos. Por otra parte, también aumentará el coste de la mano de obra inmigrante, probablemente debilitará su flexibilidad y provocará que los familiares que entren a través de la reunificación familiar aumenten los costes de la ya inadecuada infraestructura de subsidios sociales. Muchos inmigrantes irregulares no han solicitado la regularización, a los que se suman los recién llegados al mercado, en este sentido posiblemente se necesitará pronto un nuevo proceso de regularización, poniendo sobre el tapete la cuestión de las políticas económicas y sociales dirigidas a los inmigrantes irregulares.