Con el triunfo de los republicanos en las elecciones legislativas de 2010, los militantes antiabortistas estadounidenses han pasado a la defensiva. Su táctica consiste en lograr que se aprueben leyes restrictivas del derecho a la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) en cada estado, haciendo que en ocasiones sea casi imposible ejercerlo. La muralla última es el Tribunal Supremo del país. Pero, ¿por cuánto tiempo?.