Con una facultad de recuperación absoluta, los capitalistas pretenden hacerse con el conocimiento e ir más allá de los límites de la explotación de la naturaleza. Un credo: todo puede transformarse en moneda. De esta manera, ¡economistas geniales han calculado que "los servicios prestados por la naturaleza" representaban entre 16 y 54 billones de dólares! Así, confunden valor y riqueza.