En los últimos tiempos estamos asistiendo a una paradoja en relación con el Derecho Romano, mientras que por un lado se pretende proyectar la imagen de que el Derecho Romano está en crisis, por otro lado cada vez cobra mayor importancia el conocimiento de esta disciplina, hasta el punto de cambiar el enfoque del debate en el sentido de no cuestionar su importancia actual, sino que dándolo por hecho, lo que hoy se discute es sobre la necesidad de residenciar en el Derecho Romano algunos de los fundamentos integradores y de cohesión de Europa y su valor como elemento de identidad y base de un Derecho europeo común.