Alain Gresh
Aunque sea condicional, la liberación del ex presidente egipcio Hosni Mubarak parece muy simbólica. Lo que comenzó con las movilizaciones populares en contra de Mohamed Morsi cobra la apariencia de una vuelta al antiguo orden. No sólo el poder quiere acabar con los Hermanos Musulmanes, sino que pone en peligro los avances democráticos de la revuelta de 2011. Una situación que aumenta la inestabilidad en las alianzas internacionales.