Antonio Laguna Platero
En un sistema democrático como en el que nos ha tocado en suerte vivir, donde los destinos de la política penden del viento con que sople la opinión pública, las organizaciones políticas españolas de referencia han desarrollado su comunicación política de una forma cada vez más profesional, vale decir imitando el mercado. Los efectos de esta tendencia son múltiples y variados, desde la pérdida de confianza de los ciudadanos hasta la desideologización de los partidos políticos, que apuestan por el pragmatismo para justificar que el fin justifica los medios.