En este artículo se presenta un diagnóstico del acoso y el maltrato entre adolescentes en España a partir de indicadores consensuados y fiables, entre los que se incluyen sus nuevas modalidades y el papel de todo el grupo. Lo que se pretende es conocer con qué características de la víctima se asocia y qué eficacia se anticipa a distinto tipo de medidas. Método. Se ha realizado con encuesta y selección probabilística mediante muestreo de conglomerados, proporcional al tamaño, estratificado/bietápico. La unidad de muestreo es el centro educativo, estratificado por comunidad autónoma y por titularidad (pública, concertada y privada). La muestra es de 23.100 estudiantes de Educación Secundaria Obligatoria. Resultados. En el diagnóstico del acoso y el maltrato entre iguales cabe destacar los siguientes resultados: en primer lugar, una estimación global de la prevalencia del acoso cifrada en un 3,8% de víctimas y un 2,4% de acosadores; en segundo lugar, destaca que ante una agresión el 80% de los estudiantes dicen intervenir para detenerla o creen que deberían, el 14% no interviene ni cree que debería y un 6% responde que participa en la agresión.
Discusión y conclusiones. El hecho de que se detecten más víctimas en primer y segundo curso y menos acosadores en primero concuerda con la definición del acoso como un abuso de poder contra una víctima que se percibe más débil. Los chicos participan como agresores en todas las situaciones de maltrato, incluidas las de tipo indirecto. Estas diferencias aumentan con su gravedad y en la postura general ante una agresión y apoyan la necesidad de adoptar una perspectiva de género para erradicar la violencia. El punto de vista adolescente sobre las medidas más eficaces contra el acoso indica que reconoce al grupo de iguales como parte del problema y de su solución. Las características a las que víctimas y agresores atribuyen la victimización reflejan que el acoso parece reproducir problemas (racismo, sexismo�) que son expresión de un modelo de dominio y sumisión, creado más allá de las puertas de la escuela, característica que resulta imprescindible tener en cuenta para su erradicación. El hecho de no encontrar efectos atribuibles al centro educativo en ninguno de los indicadores apoya esta interpretación.