La introducción de la responsabilidad penal de las personas jurídicas abre un nuevo escenario para el proceso penal. La estrategia de defensa más usual por parte de la entidad, sobre todo en aquellos casos en los que el delito no haya sido cometido por un administrador, será intentar �salvarse� a costa de aportar información al proceso que demuestre la responsabilidad en exclusiva del autor individual. El que la empresa se convierta en cierto modo en un investigador en su �propia casa�, con el fin de aprovechar estos incentivos, afecta a los derechos de defensa de los responsables individuales.