El pensamiento y la actividad del movimiento feminista se ha traducido en una conquista de realidades nuevas y diferentes tendentes a lograr la transformación de la situación de dependencia y sumisión de las mujeres respecto a los hombres. Si bien es cierto que a lo largo de este proceso de emancipación las mujeres han cosechado un innegable éxito en las sociedades democráticas, al menos en lo que se refiere a la construcción legislativa, se mantiene una desigual posición de hombres y mujeres en ámbitos diversos. En este sentido, la aplicación de la Ley de Dependencia, ejemplo en nuestro país de ampliación de los derechos sociales, puede tener el efecto no deseado de contribuir al mantenimiento de los roles tradicionales de hombres y mujeres.