Este artículo pretende ser un punto de partida, en el que se presenta una serie de reflexiones con el objetivo de enriquecer y aportar una nueva dimensión a un debate de gran relevancia; que en la actualidad, casi de manera exclusiva, se centra en la legitimidad. Dicho debate se refiere a la �imposición� de la democracia.
De esta manera, el análisis se desarrollará, desde la perspectiva política filosófica, centrándonos en dos cuestiones principales: La primera se refiere a la posibilidad de �imponer� una �democracia�, ya que, a priori, podría resultarnos contradictorio. En segundo lugar, se nos plantea el siguiente interrogante: si dicha imposición fuese factible, ¿dejaría la democracia de ser democracia? Al hilo de estas cuestiones se nos plantean numerosos interrogantes sobre los que iremos profundizando.