El fenómeno migratorio es creador de transnacionalidad. En este contexto se replantea el carácter restrictivo de la ciudadanía ligada a la mera garantía de los derechos de los individuos pertenecientes al Estado-Nación. La discusión sobre la desterritorialización de la ciudadanía está abierta y no puede desligarse de los cambios propiciados por la globalización.
Sin embargo, la perspectiva de género a la que obliga el fenómeno de la feminización de las migraciones, tanto en el plano normativo como en los estudios empíricos, es, hoy por hoy, marginal. Visibilizar las injusticias estructurales ligadas al género tanto en las sociedades emisoras como receptoras de inmigración es una clave para reproponer un nuevo modelo de ciudadanía, con especial incidencia en la igualdad y en los derechos sociales y económicos, coherente con el marco normativo de los derechos humanos.