Juan Antonio Delgado de la Rosa
José María Díez-Alegría (1911-2010) forma parte de la historia de España, como jesuita, intelectual y pensador que ha creado unos vínculos especiales entre la fe y la política, tomando conciencia de la explotación que sufrían los obreros y de su alejamiento de la Iglesia. Intentó durante más de medio siglo romper, desde la Filosofía, el Derecho, la Ética, la Doctrina Social de la Iglesia, la manera que tenía la Iglesia jerárquica de entender la libertad de conciencia, la opción preferencial por los más pobres, las relaciones cristianismo/ marxismo.
La afirmación fundamental es que los bienes de la tierra son comunes a todos los hombres.
Es una tradición unánime desde el principio mismo de la era patrística. Los Santos Padres ven la institución de la propiedad privada, si ha de ser legítima desde el punto de vista ético, una función de administración solidaria por lo que el lujo es proscrito. A esta relación fundamental de dominio corresponde inseparablemente y en rigurosa correlación, de carácter ético y metafísico, el derecho fundamental de participar en el dominio de los bienes, con carácter personal y esto exige que estén al servicio de la dignidad y libertad.
Por tanto, la ideología capitalista está en radical oposición al espíritu del cristianismo, ya que se funda en la negación de la autarkeia.