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Jorge Ospina Sardi
Debemos confesar que por primera vez hemos podido oír en Colombia --tal vez en toda su historia-- de labios de un ministro de Estado, en ejercicio de su cargo, planteamientos de corte tan clásicamente liberal y de tono tan claro y enfático, donde no tiene cabida el populismo, que nos hacen sentir estar entrando, ahora sí, a la modernidad política y económica, a la integración y al desarrollo sostenido, con todas sus extraordinarias consecuencias. En pocas palabras, se busca alcanzar por medio del desarrollo que genera la libre iniciativa individual, único camino conocido de progreso, el empleo y la justicia social para todos, incluidos los de bien abajo, adonde nunca llegó el Estado benefactor y paternalista. Recomendamos vivamente la lectura de este importante discurso pronunciado el 10 de marzo de 1992 en Bogotá.
